Paciencia/Esperar
También podría haber titulado esta entrada Abrazar el error, pero me ha parecido más evocador quedarme con la literalidad.
Me pasa mucho que al encontrarme con algunas frases se me quedan dando vueltas en la cabeza, da igual si la fuente es un libro, una conversación o la megafonía del tren. Si la frase en cuestión activa no sé qué resorte de mi cerebro, me despierta un profundo deseo de desvelar todas sus posibles lecturas.
A veces las anoto, otras veces las desgrano mentalmente y otras, las menos, terminan convirtiéndose en hilo.
Como es el caso con esta de Úrsula K. Le Guin en uno de sus relatos de Cuatro caminos hacia el perdón.
El proceso -como veréis imperfecto- que sigo es el siguiente: me topo con la frase o las palabras que me provocan, las retengo y en un momento dado encuentran el momento de salir de ahí. O no.
Si su canal de salida es el bordado, la cosa se pone interesante… Me permite entrar en una reflexión acerca de sus matices y significados de manera activa y relajada. Voy construyendo cada palabra letra a letra, puntada a puntada. Contemplando los elementos con tiempo, tanto sueltos, como relacionados entre sí.
Señora… contenta… señora… paciencia…
Me encantan la inmensa cantidad de conceptos que pueden guardar las cosas pequeñas.
Como os digo, a veces, y solo a veces, me apunto la frase. Confieso que pocas veces saco las cosas de mi cerebro antes de ponerme manos a la obra (sea cual sea la obra), ¿excesiva confianza en mis redes neuronales? Sin duda. (Yo lo intento, pero no hay manera de introducir como rutina el cuaderno de bocetos.)
Bueno, como es evidente en este caso, la señora no tenía que tener paciencia, la señora tenía que esperar.
Lo que al terminar el bordado y recurrir de nuevo al libro, se manifestó como una cagada. Acabó siendo algo que duplicó mi “juego”.
Y aquí entra lo de abrazar el error.
De ninguna manera iba a desechar esas palabras hechas hilo, y de ninguna manera iba yo a modificar la intención de la grandísima Úrsula. Así que, sin comerlo ni beberlo, la piecita de tela adquirió muchos más matices de los previstos, y en cierta forma me colé en la frase que solo iba a transcribir.
¿Paciencia…?